El 2016 fue un año agitado en Brasil. Dilma Rousseff fue destituida; se celebraron los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro; se cayó un avión con un equipo de fútbol dentro; y el nuevo gobierno de Michel Temer dio luz verde a un descarnado proyecto de austeridad. Pero ninguno de estos sucesos ha dado una imagen tan popular y representativa como la que tomó el pasado martes 13 el fotógrafo Adriano Machado en Brasilia, según describió una nota de El País. En ella se puede ver un autobús en llamas, resultado del enésimo enfrentamiento entre la
policía y los manifestantes en la capital, y junto a él, un despreocupado hombre, que aprovecha el fuego que sale del vehículo para encender un cigarrillo.
policía y los manifestantes en la capital, y junto a él, un despreocupado hombre, que aprovecha el fuego que sale del vehículo para encender un cigarrillo.
Al propio fotógrafo le cuesta explicar la escena. "Generalmente, por mi trabajo para Reuters, cubro mucha política; eso este año significa que también cubro muchas protestas, y ahí se ven muchas cosas", explicó por teléfono al suplemento Verne a la salida del Palacio de Planalto. El 13 de diciembre fue uno de esos días: el Senado aprobó, con los votos mínimos, la primera gran medida de austeridad del nuevo gobierno, la que impondrá un techo a los gastos públicos durante los próximos 20 años. "Vi muchos manifestantes enmascarados que se dirigían a una explanada, a romper una barrera policial. Me encaminé a esa dirección y empecé a notar mucho ruido, muchas bombas y mucho humo. Oí a los bomberos. Vi una torre de humo negro y lo seguí: resulta que salía de un autobús", prosiguió Machado. Y al poco, llegó el hombre del cigarrillo.
"No tenía ni idea de dónde salió ese hombre, pero ahí estaba. Todo tranquilo, despreocupado, limpio, sin máscara a pesar de las bombas de gas y el olor a plástico quemado. Como si nada fuera con él. Yo no daba crédito", explica Machado. "Luego me enteré de que estaba con los manifestantes pero su aspecto desde luego no parece el de alguien con el que vaya nada de nada". La fotografía del hombre recurriendo al bus en llamas para encender su cigarro se ha viralizado en las redes sociales. "Creo que es por la combinación: la explosión es agresiva y el hombre es inocente", explica Machado. Para unos, es resumen visual de 2016, el año que salió al revés y que lo rompió todo. Para los compatriotas del protagonista de la foto, es un símbolo de la capacidad de los brasileños de sacar partido de cualquier situación, hasta de las desgracias.
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