Porta Palabras: FUTBOL: El día que el hijo de Gadaffi alquiló el Camp Nou

3/17/2017

FUTBOL: El día que el hijo de Gadaffi alquiló el Camp Nou

El 1 de abril de 2003 la plantilla del Barcelona, con Radomir Antic al frente, se entrenaba en La Masía. Esa semana el equipo azulgrana, durante el parón de selecciones, preparaba la visita a Villarreal. La rutina de la sesión se vio alterada porque había visita. Antic paró el entrenamiento para que Al Saadi Gaddafi, hijo del dictador libio, jugador y presidente del Al-Ittihad saludara a sus futbolistas. Al día siguiente, a cambio de 300.000 euros, el tercer hijo de Muamar Gaddafi iba a cumplir un sueño: jugar en el Camp Nou. El Barcelona accedió a la oferta y organizó un partido amistoso en su estadio. El resultado fue de 5-0. El hijo de Gaddafi cambió su camiseta
con Saviola.

El partido iba a ser televisado por TV3, pero al final no llegó el permiso de la Federación Española porque horas más tarde la selección se medía a Armenia en León en partido oficial. Eran tiempos en los que Gaddafi era amigo de Europa. En diciembre de 2007, por ejemplo, el mandatario libio recibió de manos de Alberto Ruiz Gallardón la llave de oro de Madrid. Aquel 2 de abril de hace casi 14 años fue un día grande para Al Saadi y sus jugadores. Ante 10.000 espectadores y el arbitraje del catalán Téllez Sánchez saltó al Camp Nou un equipo repleto de nombres árabes. Todos menos uno, su portero. La ficha del equipo libio arranca con un Luis. Hoy, Luis de Agustini se gana la vida repartiendo helados en una camioneta por las calles de Montevideo. Estaba en las filas del Liverpool, el del estadio Belvedere de la capital uruguaya, cuando le llegó la oferta de marcharse a jugar a Libia. Era el año 2002. Agustini no sabía dónde quedaba aquel país. Cuando aterrizó en Trípoli, como cuenta en el libro Son cosas de fútbol de Jorge Señorans, se encontró con estadios de primer nivel, concentraciones en hoteles de cinco estrellas, viajes en aviones lujosos, compañeros de fama mundial como el camerunés Mboma...

Y un mundo extraño, partidos en los que los rivales se quedaban parados cuando era Al Saadi el que les encaraba, que pedían el cambio si le derriban, pachangas en la casa del hijo del líder en los que los invitados podían dar de comer a Osama, un león que tenía en una lujosa jaula. A Luis le fueron bien las cosas en Trípoli, donde vio a Al Saadi lavarse los dientes con un cepillo de oro. Tan bien que aceptó la oferta para nacionalizarse. Jugó una decena de partidos con la selección que tenía al tercer Gaddafi como capitán. Uno de ellos fue en la fase de clasificación para el Mundial de 2006: derrota por 1-0 en Benin. Entre esos partidos aparece un amistoso ante Uruguay jugado en Túnez el 30 de mayo de 2006 en el que marcó Abreu y en el que Diego Godín jugaba su sexto partido con La Celeste. La historia de Al Saadi y su pasión por el fútbol llegó a Europa. Su dinero entró en el accionariado de la Juventus en 2003 (7,5%) e intentó formar parte del primer equipo de la Vecchia Signora, algo que prohibió Marcello Lippi. Sí llegó a entrenarse alguna vez con el primer equipo.

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Sus tentáculos financieros se alargaron al hacerse con el 33% de la Triestina y un intento de compra de la Lazio que no cuajó. Pero su sueño era jugar en la Serie A. Y lo logró a través de un acuerdo protegido por los dólares de su padre con el Perugia. A pesar de que el técnico de los grifoni, Serse Cosmi, sabía que no daba la talla, el 5 de octubre de 2003 lo convocó para el partido ante la Reggina. El choque acabó sin goles en el Renato Curi. Al Saadi vio los 90 minutos desde el banquillo... pero le 'tocó' pasar el control antidoping: positivo por norandostrerona y tres meses de sanción. Aún así, su día llegó. Y no fue uno cualquiera. Superada la sanción, el 2 de mayo de 2004, a falta de un cuarto de hora el nombre de Al Saadi Gaddafi entró a formar parte de la historia de la Serie A. Cosmi lo mandó al campo contra 'su' Juve (seguía siendo accionista aunque salió del Consejo por conflicto de intereses). Sustituyó al inglés Jay Bothroyd y tocó nueve veces la pelota para colaborar en el triunfo de su equipo gracias a un solitario gol de un exjuventino, Ravanelli.De Perugia pasó al Udinese de la mano de Cosmi: otro cuarto de hora jugado, esta vez ante el Cagliari. Y de Udine, donde compartió caseta con Iaquinta o Di Natale, a Génova para jugar con la Sampdoria: esta vez ni un solo minuto.

Hoy nada queda de la vida de lujos, excesos y fútbol que tuvo Al Saadi Gaddafi. El 22 de agosto de 2011, con el grado de teniente, fue detenido en Trípoli en plena guerra civil libia. Semanas después el gobierno de Níger anunciaba que Al Saadi se encontraba en su territorio tras haber huido. En diciembre, las noticias del exfutbolista llegaban desde México: formaba parte de una red criminal que pretendía introducirle en territorio mexicano para quedarse, junto a su familia, con una identidad falsa desde Níger. El 5 de marzo de 2014 se anunció la extradición a Libia del que fuera una de las caras más conocidas del régimen de Gaddafi. En agosto de 2015 se difundieron unas imágenes en las que se veía a Al Saadi bajo tortura que provocaron condenas de organizaciones humanitarias.

                
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