Porta Palabras: AMY WINEHOUSE: De cómo mis prejuicios me privaron de conocer la música de esta extraordinaria cantante

10/02/2016

AMY WINEHOUSE: De cómo mis prejuicios me privaron de conocer la música de esta extraordinaria cantante


Una mañana de julio de 2011, estábamos terminando una reunión de trabajo cuando uno de los presentes comentó que la cantante inglesa Amy Winehouse había muerto. Varios colegas se agruparon a su lado para leer la noticia que él mostraba en su celular. No le presté mucha atención a la noticia. Yo había oído hablar de ella, pero en ese momento no recordé su cara. Sí me acordé de haber leído que Estados Unidos le había negado la visa de entrada por abuso de narcóticos un par de años antes. En esa noticia, la foto de Winehouse mostraba a una mujer flaca, tatuada y un rostro desencajado. Ese recuerdo y la especulación que la cantante había muerto por sobredosis fortalecieron mi percepción que
se trataba de una de esas rockeras punk, comerciales, pasajeras. Por eso no entendí cuando nuestro jefe, un ciudadano alemán mayor que todos nosotros y de gustos muy finos, dijo con una auténtica mueca de tristeza: "Pobre, murió casi a la misma edad de Janis Joplin y de Jim Morrison. Que lástima".
       Meses más tarde, alguien en Facebook subió la noticia sobre la verdadera autopsia de Amy Winehouse y cómo había sido finalmente divulgada. Esta confirmaba que la cantante había muerto por consumo excesivo de alcohol. "Otra más que muere fundida," le comenté con un poco de sorna y despecho a un compañero de trabajo. Pero algo me llamó la atención esa misma noche. Mientras revisaba mi correo electrónico y curioseaba Facebook antes de dormirme, noté un comentario que un amigo había escrito bajo la noticia que yo había leído esa mañana. El comentario decía: "Déjenla descansar. Pobre mujer. Cuánta falta hace su talento". Esto me sorprendió porque ese amigo era conocido por ser callado, formal y hasta medio aburrido. Yo no entendía cómo él pudiera tener algún tipo de afinidad con ese género de rock ácido y extremo que a nuestra edad ya habíamos dejado atrás. Picado por la curiosidad, pulsé la noticia de nuevo y esta vez seguí unos de los enlaces a videos de su música. Lo que descubrí fue como una bofetada a mi ignorancia y soberbia. El video de YouTube que abrí esa noche es el que comparto con ustedes al final de este escrito. Me quedé viéndolo y escuchándolo asombrado... anonadado... como en un estado de trance. Demás está decir que me quedé viendo cerca de otros diez videos de ella.
       Hoy día, la música de Amy Winehouse forma parte de mi colección de MP3. Cada vez que la escucho siento un poco de melancolía. La conocí hasta que murió, cinco años después de su ascenso a la fama internacional, cinco años en los que me perdí de su talento y la juzgué sin haberla escuchado una sola vez, cegado por mis prejuicios. ¿Y así hay personas que dicen no arrepentirse de nada? iGracias por tu música, Amy! Te escucharé siempre con mucho agrado. iDescansa en paz!


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