Don Johnson, uno de los mejores
bateadores de los Cubs durante la campaña de 1945, viene al
plato para enfrentar al reciente ganador de 25 juegos con los Tigres de Detroit, Hal Newhouser. Un rodado por
las paradas cortas marca el final de la Serie Mundial,
la novena de Chicago veía como el título del Clásico de Otoño se
le escapaba por sexta ocasión consecutiva (cuarta desde 1929) después de un año
fantástico en el que habían ganado 98 encuentros (la mayor cantidad desde
1935). Durante el juego cuatro de esa serie
contra el equipo de Detroit un
suceso extradeportivo muy particular se presentó. Williams Sianis, un inmigrante griego quien tenía
una taberna justo frente al estadio de los Chicago Cubs y quien con el pasar del tiempo se
convirtió en un fiel seguidor del equipo, quiso asistir al encuentro junto con
su otro amor: una cabra que había rescatado frente a su bar y a la que le tuvo
tanto cariño que le puso su nombre al negocio.
Para ese 6 de octubre de 1945, con los
Cubs ganando el Clásico de Otoño dos partidos a uno (venían de vencer a
los Tigres 3-0 en el Briggs Stadium de Detroit), Sianis llegó con dos entradas:
una para él y otra para la cabra. Pero, una vez llegó a Wrigley Field, el olor nauseabundo que desprendía
este animal fue la principal razón para que le negaran el acceso.
– ¡Dejen entrar a Billy pero no a la cabra! – gritó Philip
Knight Wrigley, dueño de los Cubs.
– ¿Por qué no a la cabra? – preguntó William Sianis.
– Porque la cabra apesta – contestó el dueño de la
franquicia.
– Perderán esta Serie Mundial y nunca volverán a ganar otra hasta
que no se le permita la entrada a la cabra al Wrigley Field – maldijo con desaire el griego.
La anécdota de la cabra y su expulsión
fue publicada en el Chicago Sun del día siguiente. Y los Cubs no solo
perdieron ese juego cuatro (1-4) sino que además vieron como una serie en la
que se jugaban los últimos cuatro encuentros en Chicago se
iba como agua entre los dedos. Con el pasar de los años la maldición tomó
fuerza, los Cubs cayeron en una racha de temporadas
perdedoras que llevaron a Sianis a arrepentirse e intentar echar atrás la
maldición en 1969, un año antes de su muerte. Pero de poco sirvió.
Pasaron casi 40 años para que la novena
de Chicago regresara a postemporada. Era 1984 y
los Cubs enfrentaban
a los Padres de San Diego en la Serie por el Campeonato de la Liga Nacional. Para
esos partidos, un sobrino de Sianis acudió al estadio acompañado de una cabra
(descendiente de la que fue expulsada, según la familia) y el estadio los
recibió con todos los honores, aunque sin éxito alguno debido a que perdería la
serie 3-2.
Cinco años después, repitieron el rito
contra los Gigantes de San Francisco, pero nada. La serie la perdieron (4-1).
En 1994, durante una de las peores temporadas del equipo, los hinchas
comenzaron un cántico: “Let the goat in!” (Permitan que entre la cabra). Pero
fue hasta 1998 que volvieron a una postemporada donde cayeron barridos en la Serie Divisional contra los Bravos de Atlanta.
En 2003 la novena de Chicago llegó
a ilusionarse con regresar a una Serie Mundial por
primera vez desde 1945. En la octava entrada del sexto (al mejor de siete)
partido por el campeonato de la Liga Nacional contra Los Marlins, los Cubs ganaban 3-0.
El inning lo inició Mike Mordecai con un elevado a los jardines. Un out
en la pizarra, faltaban cinco para regresar a un Clásico de Otoño. El siguiente
bateador era Juan Pierre, quien conectó un elevado por jardín izquierdo y en
uno de los incidentes más desafortunados en la historia del béisbol, el aficionado Steve Bartman arrebató la pelota del guante del jugador de Chicago, Moisés Alou.
Esa bola, que significaba el segundo out
de la entrada, terminó siendo foul y dejó con vida al bateador quien
posteriormente conectó un doblete y fue el que inició la catástrofe: los Marlinsa notaron ocho carreras en esa entrada,
ganaron el partido y después ganarían 9-6 el séptimo para avanzar a la Serie
Mundial, en la que vencieron a los Yanquis de Nueva York.
Desde entonces el paso por Chicago en
postemporada ha sido efímero. Fueron barridos en 2007 y 2008 en Serie Divisional contra los Diamondbacks de Arizona y
los Dodgers de Los Ángeles,
respectivamente. Y tan sólo fue hasta 2015 que volvieron
a jugar en octubre, después de cinco años con récord perdedor (incluso 2012 más
de 100 derrotas en la temporada). De la mano del manager Joe Maddon y con un
equipo joven donde se destaca la presencia de Anthony Rizzo, Kris Bryant,
Javier Baez, Kyle Schwarber, Jorge Soler, Jake Arrieta, entre
otros, los Cubs han derrotado a los dos equipos con
mayor número de victorias en la temporada: vencieron en el partido por el
comodín de la Liga Nacional a los Piratas (98-64) y en la Serie Divisional salieron por la puerta grande contra los
Cardenales (100-62). No obstante cayeron barridos en la Serie por el Campeonato
de la Liga Nacional contra los Mets.
2016 parece ser el año que le ponga fin
a la maldición. El equipo figura como principal candidato a ganar el Clásico Mundial de béisbol.
Datos de la maldición de la cabra
Antes de la
maldición (1876-1945):
- El récord de los Chicago Cubs: 5475 victorias y 4324 derrotas.
- Victorias en Serie Mundial: 1907 y 1908.
- Apariciones en Serie Mundial: 1906, 1907, 1908, 1910, 1918, 1929, 1932, 1935, 1938, 1945.
- Campeonatos de Liga: 1876, 1880-82, 1885-86, 1906, 1907, 1908, 1910, 1918, 1929, 1932, 1935, 1938, 1945.
- Chicago tuvo 51 temporadas ganadoras y finalizó primero en 16 oportunidades.
Después de la
maldición (1946-2015):
- El récord de los Chicago Cubs: 5192 victorias y 5874 derrotas.
- Victorias en Serie Mundial: 0
- Apariciones en Serie Mundial: 0
- Campeonatos de Liga: 0
- Chicago tuvo 19 temporadas ganadoras y finalizó primero en 5 oportunidades.
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